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259 55,6; Francisco, consecuente con su propio, 68,1; sosteniendo la vi- talidad de nuestro, 100,2; entien- den hacer presente el, 101,1; in- dispensable para la plenitud del, 102,1; en virtud del común, 102,3; permite sostener y desarrollar con vitalidad nuestro, 118,6; el pueblo de Dios puede compartir oportu- namente nuestro, 154,3; esfuér- cense en promover el conocimien- to de nuestro, 161,3; el carisma del celibato, 169,6; el nuestro en las Iglesias particulares, 179,1. – Algunos elementos constitutivos de nuestro carisma : reconocemos los rasgos esenciales del que el Es- píritu nos ha dado, 4,2; la fideli- dad creativa, 6,1; características propias del nuestro, 147,1; según nuestro, 148,2; el testimonio del propio, 177,7. Cartas circulares , sonmedios para la instrucción y formación, 161,4. Casa, Edificio, Habitación, Con- vento – Estructura de nuestras casas : cons- truyamos en nosotros una, 59,3; debemos vivir en casas humildes y pobres, 73,1; al elegir el lugar para una nueva, 73,2; sean proporciona- das a las necesidades reales, 73,3; que viven en una casa legítima- mente erigida y preside el guardián, 118,8; construcción, adquisición y enajenación de nuestras, 4/9,1; la edificación, conservación y enaje- nación de las, 4/15,1. – Organización de nuestras casas : no encierren su caridad dentro de los muros de la… según la índole espe- cial de cada, 95,5; conviértanse en centros de encuentro y de anima- ción fraterna, 102,6. – Los forasteros y hermanos que viven fuera de casa : ingreso de personas ex- trañas a nuestras, 95,1; acudan de buen grado a las de la Orden, 98,2; acudan a nuestras casas como ver- daderos hermanos, 99,3. Castidad ( cf . Corazón, Celibato, Voto), 169-174. – Nuestra vida de castidad consagra- da : camino peculiar de salvación para nosotros, y la, 2,3; en obedien- cia, sin propio y en, 21,4; el consejo evangélico de la, 22,4; entre los con- sejos evangélicos la, 169,1; un refle- jo del amor infinito que une las tres Personas divinas, 169,2; la vida de castidad consagrada a Él, 169,3; el consejo evangélico de la, 169,5; el carisma del celibato, que no todos pueden comprender, 169,6; bro- ta del amor a Cristo, 170,1; supo- ne siempre cierta renuncia, 171,1; consagrada a Dios, don concedido a los hombres, 171,2; se convierte en experiencia de gozo y libertad, 172,4. – Medios para guardar la castidad : permite evitar los peligros que nos amenazan a los célibes, 171,3; el servicio fraterno es una ayuda ex- traordinaria para la, 172,5; compor- tamientos peligrosos o ambiguos

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