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197 2. Inflamados por el amor de Cristo y sosteni- dos por el ejemplo de nuestros misioneros santos, los hermanos vayan a la misión impulsados por el deseo de servir a las Iglesias particulares y de sus pastores en la obra evangelizadora. Jöhri misión 1.7; CIC 790,1ss.; TC 66. 3. Hagan patente tal actitud escuchando y dia- logando de buen grado con las otras realidades ecle- siales, y tengan presente que la meta de la actividad misionera es la promoción de la Iglesia particular, en la que el clero, los religiosos y los seglares tienen su propia responsabilidad según la competencia de cada uno. CIC 786; III CPO 18; LG 26; Vita cons. 51; 54; 74; 85; Red. Missio 17-20. 4. Los hermanos actúen, con su trabajo y con- sejo, en unión con los misioneros seglares, en parti- cular con los catequistas y, juntamente con ellos, se empeñen por cuidar diligentemente la animación espiritual y por promover también el bienestar so- cial y económico del pueblo. CIC 776; 785,1; Caritas in ver. 15; Evang. Nunt. 29; 31; Srs 41. 5. Según la tradición capuchina, intégrense cordialmente entre la gente de toda condición, no unan su acción evangelizadora a la seguridad de los recursos económicos o al prestigio social, sino que pongan su confianza en Dios y en la eficacia de la vida evangélica. VI CPO 11; 1R 9,2; 16,5. 6. Valorando a la luz del Evangelio, con espíri- tu de caridad, las situaciones históricas, religiosas, sociales y culturales, actúen llevados de espíritu profético, con la libertad de los hijos de Dios. Rom 8,21; Gal 4,31; GS; NA; UR; CIC 769; 787,1; III CPO 20ss. 7. En diálogo con otras iglesias cristianas y con las diversas religiones busquen con respeto los signos de la presencia de Dios y las semillas del Ver- bo en las diversas culturas, discerniendo sus valores auténticos, aceptándolos para una comprensión V CPO 48; VII CPO 47; Vita cons. 79.

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