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192 2C 22. 5. Recordemos todos nosotros, y en particular los ministros y guardianes, que el amor mutuo en la convivencia familiar y en el servicio fraterno es una ayuda extraordinaria para la castidad. 6. Una verdadera fraternidad, serena y abierta a los otros, facilita el desarrollo natural de la afec- tividad de cada uno. El compromiso fraterno exige una renuncia continua del amor propio y pide en- trega, lo que favorece auténticas y profundas amis- tades que contribuyen mucho a la perfección de la vida afectiva. VII CPO 22. 7. Conscientes de la fragilidad humana, hu- yamos de las ocasiones y de los comportamien- tos peligrosos o ambiguos para la castidad y que puedan suscitar sospechas. En el campo afectivo y sexual, la falta de respeto por los demás ofende la castidad, traiciona la confianza, es un abuso de poder y puede dañar gravemente la dignidad ajena. En estos casos, que se han de comprobar siempre, los superiores han de intervenir con prudencia y determinación. PC 12; 1C 42; LM 5,6. 8. Además del dominio de los sentidos y del corazón, viviendo en humildad y penitencia, dedi- quémonos con alegría al trabajo continuo y recurra- mos a otros medios que favorecen la salud mental y corporal. Amistad LM 8,1; IV CPO 52- 56; V CPO 22. 173 1. Francisco, conquistado por el amor a Dios y a los hombres, incluso a todas las cosas creadas, es hermano y amigo universal. Una de sus caracterís- ticas más significativas es la riqueza de los afectos y la capacidad para expresarlos.

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