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186 CIC 628,1.3. 2. Por eso los ministros la han de realizar con particular dedicación, por sí mismos o por medio de otros, según las prescripciones de la Iglesia y de nuestro derecho propio. 3. En la visita, los ministros o los hermanos delegados entablen un sincero diálogo con los her- manos, con cada uno o reunidos comunitariamente, acerca de todos los asuntos espirituales y temporales relativos a la salvaguarda y al crecimiento de la vida de los hermanos; y no omitan la visita de las casas. CIC 628,3. 4. Procedan con absoluta comprensión y pru- dencia, adaptándose a los tiempos y a las situaciones de las diversas regiones, de modo que los hermanos expongan confiada, libre y sinceramente su opinión y, juntos, busquen cuanto contribuya a la permanente renovación de la vida y al desarrollo de la actividad. Artículo II Obediencia caritativa de los hermanos Al servicio de la voluntad del Padre Jn 4,34; 5,30; 6,38; Rom 12,1; Ef 5,2; 1Pe 2,21; LG 43ss.; PC 14; CIC 207,2; 574,2; 590,1; 601; 662; 1R 1,1; 2R 1,1; 2CtaF 10-15; LM 6,4. 165 1. Los hermanos, siguiendo las huellas del Se- ñor Jesús que durante toda su vida puso su voluntad en la del Padre, al profesar la obediencia ofrecen a Dios los propios deseos como sacrificio de sí mis- mos, se conforman continuamente a la voluntad salvífica de Dios, sumamente amado, y se entregan al servicio de la Iglesia. Const. 1982; LM 6,5; TC 42; Vita cons. 21. 2. Además, viviendo en obediencia, descubren con mayor seguridad, junto con la fraternidad, la voluntad de Dios, manifiestan la comunión de las tres Personas divinas y consolidan la misma unión fraterna.

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