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183 4. No ejerzan la autoridad como señores, sino presidan sus fraternidades con caridad con ánimo generoso, poniéndose de buen grado como mode- los de los demás hermanos, administrándoles con el ejemplo y la palabra espíritu y vida. 1Pe 5,2-33; Mc 10,42-43.45; Servicio aut. 12; Test 13. 160 1. Los ministros y guardianes desempeñen con diligencia el cargo que se les ha confiado y pre- ocúpense por los hermanos y el cuidado de todas las cosas, especialmente las espirituales. 2. Con oración intensa y discernimiento pru- dente busquen asiduamente junto con los hermanos la voluntad de Dios para llevarla a cabo fielmente. Diligencia en el servicio 3. Con espíritu evangélico dialoguen gustosos con los hermanos, sea en común o en particular. Recuerden los ministros que a la decisión final no se llega solo, sino teniendo en cuenta en la medida de lo posible la aportación libre de todos los her- manos. Por lo tanto, escúchenlos atentamente y estén abiertos a tener en cuenta sus consejos. Sin embargo, sepan todos que, en fuerza del oficio, la decisión última compete a los superiores. PC 14; CIC 618; Servicio aut. 20a, c. 4. Por lo tanto, por el bien de toda la frater- nidad, procuren que todos los hermanos estén informados adecuadamente, implíquenlos en la participación activa en la vida y las iniciativas de la propia fraternidad, favorezcan la colaboración responsable de todas las fuerzas, especialmente las de quienes desempeñan cargos particulares. Vida frat. 50b; Servicio aut. 2b. 5. Puesto que el vínculo de la fraternidad es tanto más fuerte cuanto más central y vital es lo que se pone en común, los ministros y guardianes promuevan el compartir los dones y las capacidades personales y, sobre todo, los bienes espirituales de la escucha de la Palabra de Dios y de la vida de fe. Servicio aut. 20c.

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