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177 152 1. Los hermanos sacerdotes anuncien, con el espíritu de Cristo pastor, la misericordia de Dios. Administren con generosidad el perdón de los pecados, que Dios ofrece en el sacramento de la reconciliación y se ofrezcan de buen grado a oír las confesiones de los fieles; tanto más cuanto que se trata de un ministerio muy propio de nosotros en cuanto hermanos menores y nos acerca a las personas que más experimentan la miseria del pe- cado. Ministerio de la reconciliación 1R 20,1-4; 22,32; Adm 6,1; 1CtaCus 6; 2CtaF 22. 2. Resplandezcan en ellos el celo de la santi- dad de Dios y su misericordia, así como el respeto de la dignidad de la persona humana, la caridad, la paciencia y la prudencia. CIC 978-979. 3. Los confesores preocúpense en progresar continuamente en el conocimiento de la pastoral y en la práctica correcta de su ministerio. CIC 279,1-3; 661; 970. 153 1. Asumamos gustosos la asistencia espiritual, y aún corporal, de los enfermos y sufrientes, a ejem- plo de san Francisco y según la constante tradición de la Orden. Pastoral de los enfermos LG 8; GS 1; 88; AG 12; PO 6; CIC 578; 1R 8,3.7; 10; 9,2; 10; 23,7; 1C 17; 2C 175. 2. Así, a imitación de Cristo que recorría ciu- dades y aldeas curando toda debilidad y enferme- dad, como signo de la llegada del Reino de Dios, cumplamos la misión de la Iglesia que a través de sus hijos se une con los hombres de cualquier con- dición, sobre todo con los pobres y atribulados, y se desvive gustosamente por ellos. 3. Los ministros y guardianes favorezcan este ministerio por ser una obra excelente y eficaz de caridad y apostolado. Mt 9,35; 2Cor 12,15; CIC 577; 1R 9,2; 23,7.

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