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140 SC 110; AA 8; CIC 1249; Test 22. Cf. OG 7/1 6. En tales días dediquémonos con mayor di- ligencia y solicitud a aquellas obras que ayudan a la conversión: la oración, el retiro, la escucha de la pa- labra de Dios, la mortificación corporal y el ayuno en fraternidad. Compartamos fraternalmente con otros pobres lo proveniente de la mesa del Señor, a causa de nuestra mayor moderación, y practique- mos con mayor fervor las obras de misericordia, se- gún nuestras tradiciones. CIC 1250-1253. 7. Respecto a las normas de la abstinencia y del ayuno, los hermanos observen las prescripcio- nes de la Iglesia universal y particular. Vida simple y sencilla PC 12; Paenit. Ic; CIC 600; 607,3; 634,2; 640; 664; 666; 673; 1249; LM 5,7; 2C 160; LP 32. 112 1. Nuestra vida se ha de conformar con el pre- cepto evangélico de la penitencia, y por ello ha de ser en todo sencilla y frugal, como corresponde a los pobres. Const. 1968, 92; Const. 1536-1925; 2C 60-61. 2. En memoria de la pasión de Jesús y a ejem- plo de san Francisco y de nuestros santos, practi- quemos también la mortificación voluntaria mode- rándonos de buen grado en la comida, en la bebida y en las diversiones, para que todo sea testimonio de nuestra condición de extranjeros y peregrinos. CIC 619; 1R 10; 2R 6,9; 2C 175. 3. Con todo, los ministros y guardianes, al pro- curar lo necesario, sobre todo para los enfermos, tengan presente el precepto de la caridad y el ejem- plo de san Francisco. Obras de penitencia Rom 6,4; LG 7; PO 12ss.; SC 12; Eccl. San. II,22; CIC 664; 839,1. 113 1. Con íntimo dolor por los pecados propios y ajenos y con deseos de emprender una nueva vida, practiquemos obras de penitencia, acomodadas a la diversa mentalidad de las regiones y tiempos.

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