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135 2. Por esto, al inaugurar una nueva forma de vida evangélica, aunque él ya no perteneciera al mundo, permaneció no obstante en él y quiso que también su fraternidad viviera y actuara entre los hombres para testimoniar con obras y palabras el gozoso mensaje de la conversión evangélica. Jn 17,14; LG 31; GS 72; AA 4; 1R 22; 41-55; 1CtaF 14-19; 2CtaF 56-60. 3. Por lo tanto, también nosotros, partícipes de su misión, vivamos en medio del mundo como levadura evangélica, de modo que los hombres, al ver nuestra vida fraterna informada por el espíri- tu de las bienaventuranzas, reconozcan que ha co- menzado ya entre ellos el Reino de Dios. Lc 17,21; LG 31; CIC 602; 607,1; Adm 13-16; 18. 4. De este modo estaremos presentes en el mundo para servir al Dios viviente y, en caridad, humildad y franciscana alegría, promoveremos la paz y el bien en beneficio del mundo y de la Iglesia. Is 52,7; Rom 8,14; Heb 9,14; 2R 12,4; 1C 41; V CPO 64; 82ss. 107 1. Según el espíritu de san Francisco, anuncie- mos la paz y la salvación no sólo de palabra, sino difundámoslas también con obras animadas por la caridad fraterna. Constructores de paz GS 42; 77ss.; 82; PC 2c; 1R 14,2; 2R 3,13; Test 23; CtaA 1; BenL 2; 1C 26; 29; 36; I CPO I,9; 17; V CPO 28; 45; 55; 63-102. CIC 222,2; 287,1; 364; 528,1; 672; 747,2; 768,2. 2. Movidos por este espíritu, esforcémonos por llevar, con estilo evangélico, a una pacífica y estable convivencia a los que están divididos por el odio, la envidia, los contrastes ideológicos, las diferencias de clases, de razas, de religión y de nacionalidad. 3. Promovamos el respeto de la dignidad y de los derechos de las personas, sobre todo de los po- bres y de los marginados. 4. Por lo mismo, colaboremos diligentemente con aquellas iniciativas e instituciones, nacionales e internacionales, que trabajan rectamente por la uni- dad del género humano, la justicia universal y la paz. VI CPO 26; V CPO 49.

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