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127 94 1. Al constituir las fraternidades presten aten- ción a la índole personal de los hermanos y a las necesidades de la vida y del apostolado. Vida fraterna en comunión 2. Los ministros y guardianes, primeros ani- madores y custodios de nuestra forma de vida, pro- muevan constantemente la vida fraterna en común. Corriveau frat. 2,3; Vida frat. 50; PC 15; PO 17; CIC 619. 3. Todos los hermanos, como miembros de una misma familia, participen habitualmente de los actos comunes de la fraternidad, sobre todo en la oración comunitaria, dediquen con gusto tiempo a los hermanos, conjuguen los compromisos y pro- muevan el trabajo compartido. Plan gen. Form. Perm. IV, 17.2.2; Evang. Test. 32-34; Vida rel. 18-22; Potissimum 27. 4. De este modo, sosteniéndonos mutuamen- te en el camino común hacia la santidad, haremos de nuestras fraternidades casa y escuela de comu- nión. Vida frat. 25; Vita cons. 41-42; 45; Novo mill. 43-47; Caminar 2-29; Corriveau frat. Mundo 20. 95 1. Regúlese con prudencia y discreción el in- greso de personas extrañas a nuestras casas o habi- taciones, para favorecer el ambiente propicio para la oración, el estudio y la intimidad de la vida fraterna. Clausura y acogida en nuestras casas CIC 667,1. Cf. OG 6/2 2. En nuestras casas manténgase la clausura o un espacio reservado solo a los hermanos para sal- vaguardar la vida religiosa. 3. Los que vienen a nuestras casas sean reci- bidos de ordinario en los recibidores, dispuestos según los criterios de la sencillez, de la prudencia y de la hospitalidad. REr 2. Cf. OG 6/2 Cf. OG 6/3 4. Pueden admitirse en nuestras fraternidades laicos que deseen participar más de cerca nuestra vida tanto en la oración como en la convivencia fra- terna y en el apostolado, según lo establecido por el capítulo provincial. Vita cons. 54-56. Cf. OG 6/3
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