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121 86 1. Reconozcamos la importancia del descan- so, que nos ayuda también a vivir la gracia del tra- bajo. Los hermanos disfruten de una conveniente recreación en común para favorecer la convivencia fraterna y para reponer las fuerzas; y todos tengan un poco de tiempo libre para dedicar a sí mismos. 2. Según las costumbres y posibilidades de las regiones, dese a los hermanos un tiempo de vaca- ciones, que deben tomarse de modo adecuado a nuestro estado de hermanos menores. Descanso, recreaciones y vacaciones Laborem exerc. 25; GS 54; 61; 67; PO 8; Eccl. San. II,26; 2C 125-129; 178; 211. Cf. OG 5/1 87 1. El apóstol san Pablo advierte: «Mientras te- nemos tiempo hagamos el bien a todos ». 2. Conscientes, por lo tanto, del don precioso del tiempo y de que cada instante y los momentos favorables son irrepetibles, vivamos intensa y res- ponsablemente cada día de la vida. El don precioso del tiempo Gal 6,10. 3. Para aprovechar el don del tiempo favora- ble sin malgastarlo, examinemos con frecuencia si nuestras obras y actividades responden a las con- diciones presentes y abrámonos al futuro con una sabia previsión y planificación. GS 5; PC 2d; CIC 677,1; Vita cons. 11. 4. Escrutemos a la luz del Evangelio los signos de los tiempos, porque en el tiempo el Señor viene a nuestro encuentro y nos hace crecer hacia la ple- nitud de la salvación. Correspondamos cada día a los dones de Dios con vigilancia y paciencia. Mt 16,2-3; Lc 12,35. 56-57; GS 4; 11; 44,2; CIC 600.

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