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11 de viles vestiduras y puedan, con la bendición de Dios, remendar- las de sayal y otros retales. A los cuales amonesto y exhorto que no desprecien ni juzguen a los hombres que ven vestidos de prendas muelles y de colores, y usar manjares y bebidas exquisitos, sino más bien cada uno se juzgue y desprecie a sí mismo. CAPÍTULO III DEL OFICIO DIVINOYDEL AYUNO, Y CÓMO LOS HERMANOS HAN DE IR POR EL MUNDO Los clérigos recen el oficio divino según la ordenación de la santa Iglesia Romana, excepto el salterio, por lo cual podrán te- ner breviarios. Mas los no clérigos digan veinticuatro Padrenuestros por maitines; por laudes, cinco; por prima, tercia, sexta y nona, por cada una de estas horas, siete; mas por vísperas, doce; por completas, siete; y oren por las difuntos. Y ayunen desde la fiesta de Todos los Santos hasta la Natividad del Señor. Mas la santa cuaresma, que empieza desde la Epifanía y dura cuarenta días continuos, la cual el Señor consagró con su santo ayuno, los que voluntariamente la ayunen sean benditos del Señor, y los que no quieren no sean obligados; pero la otra, hasta la Resurrección del Señor, ayúnenla. Y en las otros tiempos no estén obligados a ayunar sino el viernes. Mas en tiempo de manifiesta necesidad no estén obligados los hermanos al ayuno corporal. Aconsejo, amonesto y exhorto a mis hermanos en el Señor Je- sucristo que, cuando van por el mundo, no litiguen, ni contiendan con palabras, ni juzguen a los otros; mas sean benignos, pacíficos y modestos, mansos y humildes, hablando a todos honestamente, como conviene. Y no deben andar a caballo, a no ser que se vean obligados por manifiesta necesidad o enfermedad. En cualquier casa que entraren, digan primeramente: Paz a esta casa. Y, según el santo Evangelio, les sea lícito comer de todos los manjares que les son puestos delante.
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