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118 1R 7,1-2; Test 20-21. 3. Nos convienen, preferentemente, las activi- dades que mejor patentizan la pobreza, la humildad y la fraternidad; no consideramos, en realidad, nin- gún trabajo menos digno o de menor valor que otro. 2R 5,2; VI CPO 15. 4. A fin de hacer más fecunda para nosotros y para los demás la gracia del trabajo, procuremos conservar el carácter comunitario dentro de la va- riedad de actividades, dispuestos a ayudarnos mu- tuamente trabajando juntos, con lo que también progresaremos en la conversión del corazón. CIC 607,3; 673; 758. 5. Por otra parte, tengamos siempre en la mente nuestra vocación apostólica, a fin de dar a los hombres testimonio de Cristo, a través de cual- quier actividad. Especialización en el trabajo VI CPO 15; Const. 1982. 82 1. Los hermanos, a lo largo de toda la vida, cada uno en su oficio u ocupación, empéñense por perfeccionar la cultura espiritual, doctrinal y técni- ca, y por cultivar las propias aptitudes, de tal modo que nuestra Orden pueda responder siempre a su vocación en la Iglesia. Por eso, estímese el trabajo intelectual como cualquier otro trabajo. CIC 578; VI CPO 15-16. 2. Según la tradición de la Orden, los herma- nos aprecien el trabajo manual y, dejando a salvo las obligaciones confiadas a cada uno, estén dispuestos a dedicarse gustosamente a él para el propio creci- miento y para la utilidad común, sobre todo cuando la caridad o la obediencia lo requieran. CIC 661. 3. Los ministros y guardianes, atendiendo a las dotes y cualidades de cada uno de los hermanos y a la utilidad de la fraternidad y de la Iglesia, concédanles la oportunidad, dentro de lo posible, de especiali- zarse en determinadas disciplinas y proporcionen gustosos los medios y el tiempo para ello.

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