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116 Laborem exerc. 27; GS 39; 67; Compendio doct. Soc. 263-266; Aloc. CG 1968. 6. Vivamos y promovamos en el pueblo una auténtica espiritualidad del trabajo. Éste recibe su luz más grande del misterio pascual de Cristo y es medio de santificación. Soportando la fatiga de cada día, cooperamos con el Hijo de Dios a la re- dención de la humanidad y la realización del Reino. Vita cons. 89; 82; 90; Evang. Test. 20. 7. Demos testimonio del sentido humano del trabajo, que llevamos a cabo con libertad de espíritu y restituido a su naturaleza como medio de subsis- tencia y de servicio. Viviendo este aspecto esencial de la pobreza evangélica, respondemos a los desafíos del individualismo y de la reducción del trabajo a mero instrumento de provecho económico. VII CPO 33. 8. De acuerdo con la doctrina social de la Igle- sia, hagamos lo posible para que se defienda siem- pre la dignidad de los trabajadores y del trabajo, siendo particularmente solícitos con quienes no encuentran un empleo. Importancia y finalidad del trabajo CIC 600; 1R 7,4-6; 7,10; 8,3; VI CPO 14. 79 1. El trabajo es el medio fundamental de nues- tra subsistencia y de la práctica de la caridad. 2. Por eso cada hermano haga fructificar los talentos recibidos por Dios y, según la condición de la edad y la salud, gaste sin reservas y gozosamente sus energías, teniendo en cuenta las necesidades de la fraternidad y la solidaridad con los pobres, con los cuales debemos compartir gustosos el fruto de nuestro trabajo. Const. 1968; 1982; Mt 18,24; 25,15.16. 20.22.28; IV CPO 18-21; V CPO 23; VI CPO 15. VI CPO 14; 21- 22.24; 15. 3. El trabajo de cada uno de los hermanos sea expresión de toda la fraternidad y manifieste el apoyo mutuo. Por tanto, los hermanos asuman y desarrollen las actividades después de un adecuado discernimiento comunitario y con la bendición de la obediencia, a fin de que el trabajo se realice siem- pre como mandato de la fraternidad.

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