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-(Jl- embaucadora . POI' último. dij o que en la cncstiOI1 de CIl SC– f¡an~a el partido progresista deseaba . fiel ;l su band era. llc– O'ar tambicD á la li bertad. y que en /(t eues/ion ·religiosa ~e1'ian (qua lmente li béJ'1'¡InI1Ssus soluciolles . sill dejar JI(JI' eso de se')' acaso mds catól icos 'lile los ciles mercade-rcs I)1(C c.J.Jptotalt el ?lomb/'c de j)ios jJaJ '(1 sus j ht('s 1t/e.~quinos . H3~ta aqui el aludido pel'iód ico, A los ochQ dias (el 17) de esta t¡'istc y deplorable escena, r eunió en torno de s í e l St', D. Emilio Castehll' . just:unento conocido pOL' el jilg1lel'o de l a democ'J'oct"fl. un'os cuantos curiosos con otros pocos incautos. y les predicaba las bondl,· df!s de la Idea demOC1'itica. Díjoles que los antiguos navar– ros habian sido demócratas . democ L'aticos sus fu et'Os. .! es u– cristo Nuestro SefLor el primer demócmta, y otL'aS vacieda– des por el estilo, Y diz que toda esa parla en qlW se sacó :i, relucir lajlo/' dcllotltO, y la magnolia del l1'oJlico . y 01 l/~'an cadrive1' tendü!rJ por los eSJJacios. Y demas bal'bm'¡· dades . dirigidns á obtener el estalt iclo dcljn:ston del tmült– dimient o humano. salió COIUO saben todos que sal ió, y se concluyó confesando el jil,t¡UC9'O que no pod ia epilogal', perdidos ya los estribos y l'esistiéndosele la memoria á rote– ner tanto desati no ; porque. segun coni ó la voz, no faltó alma caritativa que al mdo le habia insinuado que de r epe– tirse en aquella sesion lo mildo bueno que tocante u la Roli– gio n se habia dicho en la de Aguil'l'c, era casO soorcmuncra expuesto á graves pel'cances pura el pob re Jilguero . Todo esto pasaba en Pamplona durante el mes de Se– t iembre de 1865. Con tal aparato hacia la l'cvolucion s us aprestos, y organizaba s us mesnadas para la gran catástrofe que se anunció con el levantamiento de Enero y los hOl" l'ores de Junio de 1806,

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