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-10- retrocedido á aquellos ominosos tiempos de persecucion feroz en que se presentaba a la elecclOll del cristiano el incienso para ofrecerlo á los dioses, Ó el llacha del yerdugo para doblar bajo su filo la garganta? ¡Y que no SI;} ha hecho pura corromper la inteligencia y el ca razan! La prensa no ha cesado de destil ar abuodante caudal de mortífel'o jugo mezclado frecuentemen te COIl atractivos licores de regalado sabor y aroma delicioso. Con sobra de malicia y con la as· tuta cautela del que comete á sabiendas una accian vitu– perable. Be ha vCI'tido la emponzouada copa en las fuentes mismas dond e la tiorna inteligencia acucie con avidez a saciar su ardorosa y noble sed de saber . y donde por su candorosa confianza sorbe sin la menor ap rensioll aguas de vida 6 de muerte , Por todas palotes se han extend ido ocul– t as y disimuladas redes cuyas mallas son peligrosos lazos para quien no anda prevenido , hábilmente dispuestos p'ara obtener fa.cil y segut'u presa en la sencillez del pudC'lr, la tibie– za en la fé. la fl ojedad de lasumision. la dcbihdad del resp e– to. la fl'ugil idad de los hábitos de órden y de paz en todo uu pueblo , Todo, todo se ha inten tado utilizar á este pe l'vOl'sO tin, Así , mienh'as las ciencias han sido "pli cadas como palanca para conmover los cimi entos de la fti, las artes han prestado sus encantos para atmer aclaradores al ídolo de la sensualidad; la literatura le ha cantado s us himnos bajo todas las formas y en todos los tonos , y los espectáculos públicos y nefandos lugal'es, autOl'izacl os ó consentidos , le han ofrecido multiplicados y abominaulcs templos, Esta ha sido la labor con que so ha prcpat 'a.do el campo panl que germinase mas fácilmente la semilla neta de la increduli– dad, Al creer llegada la sazon ha sido ya otra cosa: se ha procedido á scmbt'ar la semina con todo desembarazo, aunque persistiendo algunos en aparentar que era otro g¡'ano el que se echaba sobre la t iena, Y cuando los guar– dadores del camro, á quienesfacilmente 110 se engaüa. han hecho patente e am:liIO. ¡oh ! entonces no ha. ha bido bas– tantes fUCI'z ".1S para clama¡' contra su igllOl'ancia ya rbitra– riedad, y pat'a concitar contra ellos todas las Ü',IS, y fuerza, es confesar que si no abona á los sembradol'cs la excelencia de la tal'ea, les recomienda el af¡ln y la pel'seve¡'ancia con que a ella se han dedicado , desde el sábio dodo¡' y fogoso tribuno. hasta los mCI'cCtwl'ios oradores de ralle, que ;¡sí han ejercido su apostolado entre el bulli cio de un café y el acompasado trabajo de una f<i.briea, como en el silencio de