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- ; -J- eíal, debe llamar sél'iamentc la ntenelan de 10;:; llOmbres de bien para que se la conjure por to'dos ios medios posibles. An"ancad de las mano;; do los jóvenes los lib l'os malos que it-ritnn las ptl siones y envuelve n la imagin<lcioll en toda suerte de del irios. y aun entre los t itulac!ns de instL'Uccioll no les consintais para las ciencias metafis icas y abstractas 11inguno de los que se 1I OS ve nden meros t rasuntos de las tinieblas del rncionalislUo aloman, como tampoco para las Hsieas n ing uno de los oh'os que no solo omiten smo que rechaza n la ci encia de Di os, y como di ce Saloman. pOI' las cosas buenas que so yon no pudiel'on couocer á Aquel que cs, ni considel'ando las obras reconoc ieron quién ora el Al'– títi ce , sino que tllviC¡'Oll pUl' Dios ú. la materia, Ó lo qu e es }wor las obras de sus m;JIl OS , Ó las ideas de sus ca!enturicn– tasJantas ías , Vigilad tarnbicn sobre las reuniones J e socie– dad y de familia, pat'a que no t¡'opicee la juventud en un escollo dOllde se intr.nte propol'cional'le una di\'el'sion e> 1'ocreo , Incl inaula a saborear las delir.ias de la He:igion, en la fl'ec uencia de Sacramentos, la uiyina palabl'a, y los ejel'cicios de las asociaciones piadosas, Edificad todos con el ejemp lo; y mejOl'úndoos vosotros hlll'úis buella esujuvell – t nd qlle q;, empuja ndo hkia el sepulcro las gencraCiOllcg que la han precedi do, Vivid constantes en la le de vuesb'os padl'es: en ella tien eo su len i ti \'o y consuclo t odilS las rnisel'iilS de la yida, y en ella cstL'ilmll nucst:'as alt ísi mas espcra nzas de otra v ida sin miscrias, PCl'd el' de visb el ciclo , es quedarse ciego en la tierl';l. En l a ro.! en Nu·estro SI', Jesucl'i.<;to yen las divin,ls pl'omesas que nos han transm itido los Apóstoles, y SOIl ob– jeto de la pCl'enne cnscúan~a de la Igle;:ia, radica vucstnl salvac ion , quc fuc l':l de la Iglesia seria. imposible. Lns des– gmcias y cont¡'atiempos pOI' los· tIue pasa el Catolicismo, y muy p:utic ulann ente la silla de San Pedro, son pL'llebns cada. día ma s "ivas de b divinidad de SLl in stitucion .Y asis– tcncJa , La gllCI"l'a que le hacen los poclel'osos de la tiel"l"<l l )]'ueh:l q lle 110 es la Iglesi a Católica obl'a de S:IS manos, ni subsiste pOI' su voluntad; .Y el sub!!'i., ;t.it -la Sup rema Silla de Hmna ú pesnl' de tantas cO!ltradicciones, pl'lIeha bien que es ohra de ni os,'y que el dedo de Dios estú allí fijo é illmó– 'vil. Fijos tamhi e n hemos de pCl"manecel' nosol l'O<; adictos ú esa sublime Cátl'dl'a. compartiendo su"- g-lo\'i:ls'y f::IlS amar– gom as, sostcniúntlo]¡t rOl! lIucstrOf:: brazos )' dd'cll l li énrlola ~li mencste l' fUCl'C con nucstt'a s,l ngrc, r hoy fILIe las pútcsh,-

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