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- 9- esto que afirma , todo es por el llOUlbl'c y pUl'a el hombre por medio de la lihcl'tad. Estos dos princi pi os se cucontra- 1'00 frente a frcnte; y la lucha, que no es nu cYt\, sino tau antiO'ua como el primer pecado. hubo de renovarse terJ'ible é indefectiblemente. lPor qué? ¿son acaso incompati bles la fd y la razon, J eSll cl'iSt.o y lit libertad? 1'0. muy al contra– rio. cuando la r aZOll l',-,conoce Ú Dios. y la libertad se I'uuda en el ó¡'den eterno de j usticia. tal como nios lo ba manifes– tado al bombl'c pil ra s u l'ég'i tllCU .Y gob iern o. Pero sl.'guu lo qu e hemos llamado p¡'i ucip io h umano . la l'aZOll se sOu l'epo– nc á todo. no consiente su periur; y la libert.ad no au mi tc otro límite que la ley rumbda el! la opinion del muyOt' 110.– mel'O, es deci r en el vCI'.~útil c<lpric ho dt3 la yolunt.ad , Así. segun este principio, el hombro S,l pOlle en ell uga l' de Dios, y pOI' consecuencia indeclinable entroniza s us volu – bles opiniones en lugar de los pl'incip ios inlllutables de verdad y de las leycs domas de ól'dclI, tan et.Cl'll:1S y tan inmubb les como Dios mismo , El inferi or pas,1 pues:i SOl' s upel'ior: lo contingente reemplaza ú lo nec esa l'io, Jo Oled– dental á lo absoluto, POI' eso, este p\'in cip in se l1nmn Rc\'olllCioll. . La revolucion no es aü';), cosa que la lucha de la sohel'bi a del hombl'e contl'a la supremacia do Dios, Estos dos p\'i nci pios , como es evidente , son del todo inconciliables ó incompatibles, Empe uado el segundo cter– namente en domin a\' , l'eno\'ó el comhate y se l'ecl'lHleció la pel'secllcion, Sus arlictos y pl'opagadores reslleltas á conse– guü' en alguna man el'U lo que no habian log¡'ado po\' mera illsinuaeion, no han omitido llingull med io fa\'ol';)ule ú !; u intento, comuil~~llld o y empi,eando. á 1<1 par la seduecion y el engaüo , la tuerza y la vlO lcncl:l , La S¡llHa rgle"ia de .Jesucristo depositaria deljwin ("¡pio di\' iIlO, el! la que per – man ece vivo é iucol'I'uptible pal'a ('omlllJical' su nda y su pureza a tO,d~ sociedad, Ita "u l'I'ido los pl'i lj (',ip:¡\ll~ , ntaq ues, en la SUposlclon seglll'l\ de que qued a ba venelda e,~tc prin– cipio , destruirlo el ú ilico balutlrLe que lo gllal'da y In de– fi ende, No podemos detenernos en re fe rir los cúmbiltns qu e contra ella se han d irig-ido, ¿ y JlUl'U quó ? ¿qllién no Jos tiene muy presentes en la mernol'ia? ¿qu ién no ro(' uünla con estremecimi ento los días de luto que la hall njJ jfrido. las falsas imputaciones <¡ne se le han becho, las injusticias, la degradante opresion , los arbitrarios despoj os de que b:l sido ,' iclima ? ¡No hemos creido mns do llna vez, haber 2

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