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-~ portentoso de los bienes que lJios Ita }'re}){l1'ado pa;.(t los fJ.ue le aman . Esto sentado. ya sabeis amados hermanos, lJlle el hombre es incapaz por sí solo de alcanza¡' un fin t an elevado. Para esto esta la gracia, cuya doctrina os incum be espticar, haciendo comprender al que os requ iera , toda su importancia y nP.ccsidad . Y haréis ostensivo este beneficio á todos los fiel es para que la pidan á Dios con fervor de su corazan, y la busquen por los medios ordinarios de obt e– nerla . Estos. como no ignorais unos son eficientes ó ca u– santes de ella, tales son Jos sacramentos de ia nueva ley; otros meramente dirigentes . como la ley y los pl'cceptas de las costumbres y de las Vil'tudc!:i . Con la enseÍlanza de la ley y la admioistracion de los sacramentos . conseguit'a el buen pastor que sus fieles obtengan la causa rOl'mal de la justi– ficacion y santidad con que los hombres y los ángeles son santos, eon abundanci:l tic fé, esperanza, caridad y demás "trtudes infusas; teniéndoles siempre dispuestos a recibir los auxilios de la gracia con que la criatura intel igente y libre interiormente se ilustra en cuanto al entend imiento. y se mueve en cuanto a la voluntad a qucl'CI' y obrar bien y santa mente. Vasto teatro á vuestro ejercicio ofrece el mundo en la. conversacion con los demas hombres, pero mas vasto sin duda. y de mas importantes proporciones os lo ofl'ece la Iglesia de Dios: el altal' , el púlpito y el confesonario; y como consecuencia de estos el hogar doméstico, donde de– beis infundir la paz que da Dios y no da el mundo, velando pOI' el honor, religiosidad y existencia de las familias; la cabecera del enferro;), enseüándole la resignacion, la su– mision á Dios y á la o\'acioD; el lecho del moribundo diri– giendo su alma al ciclo. Confiamos no se llevó el viento las pal abras que del Pontifical Romano os recitó la Iglesia pOI' boca del Obispo al conferiros el Sacerdocio, y que no recibisteis en vacío la gracia de la ordenncion. SaccJ'dotcm oyortct of./c""l'c. oellcdicc1'C. p1"mese. 'P1'mdic"al'e, et hayti– zarc o y p::u'¡), que entondiérais la cficaoia con flue debiais procurar llClHl.l' l:ls v::u·ias y trascendentales fun ciones úe vuestl'o mi nisterio, recol'dad que se os adv irtió gU<1nhiseis en Yucstl'a.<; eostumbrcs la intcgl'idad de una ,'ida casta y santa, que os hiciése is imi tadores de los misterios que tra– tai!'\. como que celebrando el de la muerte del Seúm' , de– hiais pror, urar la mUCl'te de vuestros micmbros :i todos los vicios y concupiscencias; concluyendo COll estas palabras

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