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-19- jo!' ejerza para con las almas joh, :::í, la s almas de nuestro . amado rebaño! las fuuciones de buen pastor, y le pOlldl'~mos sobre nuestra cabeza, porque el sera ll llcst rQ g ozo. nuestra alegda. n-ucstra corona y nuestra gl ol'ia. A este PI'opós ito , nos incl~~!lbc I'cp~tir aquí lo q~o con nuostl'a habi tual franqu eza dijimos en Igualdad de circuns– ta ncias ti nu est¡'OS colaboradores al cntra \' á reg ir los desti– nos de la diócesis de Lérida: fI Es mucho lo que pesa en nnuostra cstimacioll cuanto acabnrnof> de ad"crt.i l'. y pOI' 10 'lUl ismo debemos fran camente declarar . que en los conCUl'– liSOS . en los informes á la supe¡'iol'idad. en las )ll"o visioncs . nOn las órdenes. y en fin en las g¡'acias qlle !lOS toq ue dls– lipensar. sera para Nos constant emente el mól'ito mayor el IlIle la virtud acompañado de la ciencia neeesaria, sin ol" i ~ udal' el celo y esmero con que cada Ilno se haya aplicado uaunque sea en ministerios menos brillantes. :i instruir, i ndar buenos ejemplos, evitar culpas, pl'omovCl' la. pi edad, lJy ganar almas,u Nos mismo podemos aqul cOllsi<Tuar, va~ Jiéndonos de las palabras con que se anun ciaba cl Apóstol S, Pablo á la Iglesia de Corinto: Al 'Del/h' (i voSOt1'OS. no ltemos 'Dem'do con s1tblim.idad de palabra ni de sabitllwla á alUwcim'os el testimonio de O,'isto. p01'que ?W 7temos q1lerido saber algo ent'l'e "Oosotros sino dJes1~cl'isto. y este cruciJicado. Lo que equivale á dcc.ir que si hemos de COl'· respondel' á nuestro llamami ento , no podemos avenil'Los á comprendel' la ciencia sin virtud, la razon sin la fé, la natu· raleza sin la gra~ia, La asociaci on empel'o do la vi l,tud y la. ciencia, creemos y estamos firmemen te <'.Onvencidos que constituye la esencia del Sacel'Clote; porque como enseñaba San [sielol'o en el libl'o de sus Sentencias. la doctl'ina sil~ la vida virtuosa hace á los hombres al'l'ogantes. y la virtud sin la sabiduría los hace inútiles, y San Del'n:ll'Jo en su pre– cioso tratado de diUfJel/do .Deo , dice espl'esame nte: 1J1',t¡ni· tas sine scientia non jJí'odest : illa 'De?'o el1'am obest 9i "ir– tus defuerit . ¡Líbrenos Dios de un sacerdote ignora nte ! ¿Qué hará el infeliz cuando mi l'ándole lac; gentes como án · gel de los ej ércitos del Señor, l'equil'iel'en de sus lab ios los prece ptos de la divina ley . sab iendo que debe su boca cus– todiarlos bellísimos cuanto misterios/)s arcanos de la cien· c~a? ¿Qué hizo al ordenarse que aSl se entregó atado de plés .Y manos al furol' de la terrible sentencia fu lminada de sus Profetas: Puesto (¡ue 'l'ec7¿azaste la ciencia, te 1'ecllaza– ,.¿ d ti para que no ejenas mi &lce1'docio? Mirad que es~

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