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- 16- 1Ia. No hemos podido dispensarnos de cOlllpt'endcr en esta comp ilacion unas célcb!'es cartas en que su autor. con mo– tivo de una pastoral. creyó deber salit O á la deftlDSa de .ciel'– tas doctrinas; puesto que la cont~stacion dada por el I're· lado esclarece vi cto l' iosamente los puntos importantísimos de disciplina eclesiástica que en ellas se tocan, y que este incidente constituye un vCl'dadct,o y eUl'ioso episodio de la lucha general q ue ha debido.y aun debe sostener la Igle– sia . Tambien nos hemos pCl'Initido hacer a lgu nas obse¡'va– ciones acerca de la segunda de di chas carbs , que pOI' obvias y altas razones dej ó de contesta l' en el tCI'I'Cno de la contl'O– versia el digni ;; imo Prelado; pues s i bien los u¡'gumclltos en oUa contenidos hallan s u rcfutacioll anticipada, explícita ó implícita, en la respu esta d'ida á la primem, hay puntos en que no está demas una mayor explicacion, .v so bre todo ('onviene que cada un o oc upe en la historia ellugal' qu e le (~orl'esp on flc .