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- 102- ! lOs iulCmas confOl'mc con los \"cl'daderos intereses dl! la lumanid<ld. El Catolicismo ha santificado la autoridad lo mismo que la obediencia, .Y ha condenado para siempre la tit'anta igualmente qu e las revoluci one,;. Hu aquí como la rg!esia pone en pI'áctica la libertad del ciudadano .-El Catolicismo <lió fin a la gucl'l'a de las castas; pfl l'a él no hay blancos ni ncg¡·os. altos ni baj os, nobles ni pl ebeyos, pOl'que uno hay udistincion de .J udío y de Griego. dice el Sagrado Código: upuesto q uc uno mismo es el :-,oilO1' de todos, rico para con utodos los que le inyocan ." Sob¡'c estas bases plantea ht Jgl esia la cancel'tada armonía de todos los gl'llpOS sociales. y esta es la igualdad digna y apetecible pum el hombro.– El Catulicismo anatematiza ei espí ritu de egoismo 'yaisla– miento; todo eon spil'a en él :i enge ndrar la abnegacion de si mismo y el espíritu del propio st1criticio; abomina el o¡'– gullo humano: quiel'e el amor, manda el amOl', él mismo es amOl', porque Dios es amor: ]JC IIS c1tfl1'ilas esto y cuando la Tgle.~ia impera, no tarda el imperio de la frat ernidad en cimcntnr::ie hondamentc pOt' medio de asociaciones I'ccLlIHlas de c.u'idad, donde lIO liay dolor qtle no se mitigue , ni lágri– ma. que no se enjugue . . La ott·a ob ~el·va l~ion que aqui nos cumple hacer es que bLCll sca J::<lJlit·iendo á los Obispos, ti. su,:; seminarios , á los predicadores, ó dejando eutt'cvct" simplemente el satánico deseo de ver c\ivorcioda del Ei;tado y pOI' fin arl'uinada la Iglesia de Jesu cristo, y rod ea l'll os del triste cortejo de las , 'il"tudas civilef':, quú con r <17.on duda Son Agustin si son vel'd ad el'os vicios ; el caso es hablar de la Religion, el ca>;o ~s maltl'atada, el caso es filLgi rse meramente políticos p; "l.ra lIltrodllcit' el negro humo de la impiedad en lo mas l'ecón– dito del santllol'io. A este propósito recordamos qtiC ha lIicho »fontesC¡lIie u ú pesar de s u enciclopedismo: (11~1 hombl'e rcl ig-ioso y el ateo están hablando s iempl·e nde rf'.ligion: el uno hab la de lo que ama, y el otro Je !llo que t.eme.)) Al senlarnos, porque plugo a~ i á la divina miscl'icOI'di:t y ,"t la heni g ni dad de S. M . la Reill:~ Nucstm SCllora, en esta Silla que habian ocupado mas de cien Obispos. los cualcs 1'.11 las vicisitudes d<J die? y ~ i ete si :¡los han si do , nos glo·· riamos de decirlo. la col llmna de nube y ele luz de este puc– hlo cscoJ?ido, amada pátria Ilucsll'a, que le han cond ucido háciala leli cidad dema , :-;i u desc uiclar cuanto pudiera raYO -

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