BCC00R49-5-16-1700000000000000410

A. CAMPIÓN 249 madre ..... No podía ni quería huir sin Tomasha; y conella, cómo? Lajumera, sumido en sus meditaciones, no se dió cuentade que se había presentado al mostrador Jo– sé Joaquín, carretero de Loyola que acostumbraba echar el trago en la taberna. Cuando aquél le habló experimentó el sobresalto del sueño interrumpido. -No me creía encontrar abierta..... Hoy día de bodas, y usted aquí con esa cara de dolor de mue– las? Mucho me rarese de ver. ¡Buena comida ten– drán aquellos! -Si yo me hubiese ido, quién le serviría ahora el amaiketako? Esto no se puede cerrar; hemos de atender á la parroquia. -No digo..... pero entierros y bodas, en las ca– sas, pocas..... Venga, venga. José Joaquín tomó el zoquete de pan y la chope- 'ª de vino. - Ya conoserá usted al cuñao nuevo..... -Ni de vista. Dicen que es un zanquilargo. -Buen hombre, piño, con diñeros..... Aquél por la Tomasha se andaba; pero usted, más chincho, le quitó novia..... Lajumera, por cogerle de nuevas la noticia, co– menzóá interesarse en la conversacióndel boyatero. -Qué me cuenta usted? Nunca he oído seme– jante cosa! -Claro! usted vivirse en la kale, y no ha oido: nosotros, sí en el baserri. Marchiku corría siempre detrás de la Tomasha: la sombra de ella paresía, 6. -De suerte-preguntó Lajumera picado de re– celo-que Tomasa y él fueron novios? -No pienso! El ya quería..... pero ella..... difer– tir ó así; cosa de jóvenes..... á Pachika pocos casos le hasía, y. José Joaquín acabó de beberse el vino y de co-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz