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A. CAMPIÓN 241 yor cacho posible de ella, sin menoscabo de la con– secuenciadoctrinal. Los socialistas belgas y france- . ses albergan en sus filas á unos cuantos millonarios populares, influyentes, bien quistos de los obreros, honradoscon la representación de éstos en los par– lamentos,consejos generales y municipips. Eso de poner la predicación por obra delata una "menta– lidad infantil,,, digna de los apóstoles de Jesús, los cuales predicaban la castidad y la templanza, careciendode agallas para acostarse, entre sermón y sermón, con una guapa chica, ó atiborrarse de trufas,cardos "á la cañada,, y copas de champagne, comoun Millerand ó un Briand cualquiera. Eso ha– bía variado mucho. Lo esencial, según los doctores alemanes,consiste en reprobar la propiedad "espi– ritualmente,,.Pero, quién les metería estos distingos á los del peleón y el ajoarriero que mojan á saliva– zos el suelo de la taberna? Por otra parte, los socialistas millonarios algo harán á favor de los compañeros; no se encerrarán en un inaccesible quietismo..... Bah! al que tiene mucho siempre le queda mucho más: una cantidad importante, distribuida á tiempo, deslumbra; nadie se para á reflexionar que es la décima ó duodécima parte de la renta..:.. Perico Lajumera se veía cons– treñido á hacer algo, so pena de perder su influjo, que él pretendía aumentar. Pero, qué? En primer término ideó una rebaja de precios en los comestibles y bebidas. El provecho del consu– midor resultó exiguo; el negocio no ofrecía margen por la "competencia,,, el "precio de coste,, y otras leyes ineludibles dentro del "actual estado de ex– plotacióncapitalista,,. Se brindó á alimentar de bal– de á los compañeros mientras los "paros involun– tarios,,. la "busca de trabajo,, y "convalecencia de enfeqnedad,,. Ocurrieron abusos y la bazofiasuma– ba un buen renglón. Redujo el socorro, el "acto de 16