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A. CAMPIÓN 225 tirado á sus buques, antes de que se terminase el "charnpagne de honor,, del Ayuntamiento; que es– tabanreunidos deliberando; que iban á desafiar á LuisAlzaga;que se repetiría el asalto al Centro Etizkeldun, á imitación del que dieron los cazado– resde la Valtelina, de suerte que el Ejército y la Ar– madafraternizarían en su odio al infame separatis– mobasko; que estaban resueltos á destruir la im– prentadel Gau-Chori, y apalear á cajistas y redac– tores; que los bizkaitarras compraf>anarmas para defendersu centro y periódico; que se preveían es– cenassangrientas; que la corte regresaría inmedia– tamente á Madrid, á menos que la ciudad, con un gallardomovimiento de protesta, no anonadase á sus hijos espúreos; que cundía la alarma entre los veraneantes,anunciándose que en el primer expre– so utilizableiban á tomar el portante los marque– ses de la Travilla, los condes de Riba-Gonzalo y Olmedo Real. Los indecentísimos bizkaitarras sólo valíanpara desnatar el veraneo..... Ni la emoción ni la expectación hubieran sido mayores de preparar– se la escuadra á bombardear la ciudad. ALuis, recluido en la secretaría del Centro Euz– keldun por voluntad de sus amigos, llegaban las oleadas de la conmoción pública. Su desasosiego in– terior era grande, pero procuraba mostrarse impa– sible, entreabriendo sus labios con una sonrisa des– deñosa. Su imaginaciónañadía vivos colores á las noticias. Estimaba inevitable un choque personal cuya inminencia no le arredraba: cuál sería el rum– bo que siguiese, atenaceado entre las sugestiones de la negra honrilla y los requerimientos de su con– cienciacatólica, opuesta al duelo? Mayores quebra– deros de cabeza le ocasionaba la mala postura en que había puesto á su padre, por efecto de una so– lidaridad absurda: por qué un acto propio se volvía imputable, en cierto modo, á quien no lo ejecutó ni 16