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A. CAMPIÓN 217 mentaciónpútrida de Gipuzkoa, ó sea de su "des– euskarización,,.El interés inmediato de la ciudad no es el de conservar la pureza · de la raza baska, sinoel de atraerá otras razas; ni el de asimilarse estasrazas extranjeras y marcarlas .conel cuño in– dígena,sino el de asemejarse á ellas; ni el de rete– ner la lengua nacional, sino el de olvidarla y apren– der otros idiomas. El utilitarismo dominante corría por esos cauces odiosos con la fuerza de un Niága– ra: la resurrección de Euzkadi y el progreso apete– cidode Easo constituían una antinomia. Esta conse– cuenciale hizo llorar porque él idolatraba en Easo! Entonces pensó Luis en su madre, la "secuestra– da,,,según frase paterna; secuestro proviniente de la mismacausa gene.ratriz que el aislamiento fami– liar,tan doloroso á él. La madre, baska por su cuna hasta los tuétanos, tampoco se adaptaba al exotis– mo; era una cautiva que sólo readquiría la libertad de moverse y hablar junto á las personas de condi– ciónhumilde, es decir, junto á los elementos socia– les más castizamente baskos. Sobre esta base fan– taseó Luis á maravilla y se dedicó á intimar con su madre como no lo hacía antes, por hábito invete– rado inconscientementeadquirido de los demás. La ternura de D.ª Ambrosía, represada, comenzó á co– rrer suavemente cual corría cuando sus hijos eran niños y aun no censores de los actos de ella. El ca– rácter singular y raro de que la revistió el desvío ·de los suyos fundíase al calor del cariño, poniendo al descubierto una buena mujer, muy del pueblo en la manera de sentir y expresarse, con un sabor ó dejo de caserío pronunciado que á Luis le pare– cía dulce, pero comprendiendo que en los labios señoriles de Luz y Julia habría producido los efec– tos de un cáustico. Madre é hijo pasaban largos ratos hablándose en baskuenze y dándose señales de mutuo afecto. Ni