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212 LA BELLAEASO regio centelleo del pelo rubio. Perico saludó afable– mente con la mano á los concurrentes é hizo señas de que iba á hablar. -Compañeros: aquí os presento á mi mujer. Esta mañana, muy temprano, nos hemos casao y ahora volvemos de nuestro viaje de bodas. No es esto solo lo que ocurre ..... Desde hoy esta taberna es mía; por tanto, quiero que celebremos la cosa. El consumo de esta noche es libre, gratuito..... Es– trechemos los lazos de nuestra solidaridad! Mi sue– gra, mi mujer y yo estamos aquí para serviros: pedid á boca llena, mejor dicho, á boca vacía, que se os la llenará. Los compañeros, rehechos de su sorpresa, aplau– dieron gustosamente el convite. -No he mirado á mi egoísmo al contraer este matrimonio con una honrada hija de la tierra á la que procuramos ganar para nuestros redentores ideales, no; provisto de algún bienestar pequeño, podré ser– vir mejor á nuestra causa; hasta podréis nombrarme concejal si conviene, y las reivindicaciones obreras resonarán en el palacio del ayuntamiento burgués y capitalista..... Pienso cambiar el nombre de la ta– berna; está preparado el letrero; se llamará "La EmancipaciónSocial,,; así como suena; yo no oculto la cara. Yo soy el Lajumera de ayer, el Lajumera de siempre; mi ánimo es que el Lajumera de ma– ñana sea la lima que quiebre vuestras cadenas. Nueva salva de aplausos, aunque menos nutrida, acogió estas palabras. Lajumera comenzó á recorrer las mesas y recibir las felicitaciones de los compa– ñeros, animándoles al consumo. Ninguno rehusó complacerle. La animación fué en aumento .hasta subir al nivel de una verdadera fiesta. El despecho, de haberle, permanecía oculto. El barullo se hizo tan grande que los celadores hubieron de imponer orden amenazando con el cierre.