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A. CAMPIÓN 197 alma,con todas mis potencias y sentidos, como sa– bemosquerer nosotros, los h.ijos de la tierra del sol.... Y voy á demostrarlo ahora mismo..... Ni us– tedes ni ella mismame habrían aceptado como ma– rido..... otras ideas, otras pretensiones..... pero eso sería antes, puño! ahora, después de la escan– dalera ..... Andre Joshepa , fingiendo una convicción abso– luta, Je interrumpió: -Mentiras, habladurías! Las invidias, hombre! nuestra mala suerte ..... -Bueno, señora; ojalá!.... Pero el amor es ciego y sordo..... todo ello me importa una colilla de ci- garro..... Así demuestro yo los quereres. Suponga- mos ..... es un decir, eh? supongamos que la Toma- sa fué querida de Guiirako; ahora se encuentra desamparada:antes ella me producía rabia, me sen– tía capaz de pegarle un navajazo; ahora lástima, mu– cha lástima ..... Yo me presento á ustedes y á ella y les digo, con toda la hombría de bien del mundo: aquí estoy yo para cubrirlo todo! De la Tomasa podrían reírse algunos; de la mujer de Perico La– jumera ..... ni Dios! Lajumera, levantándose de la silla, se plantó en actitudde amenaza y desafío. Recobraba el tonillo bronco, el gesto insolente, la agilidad felina, precur– sores de la puñalada trapera, cursados en los corri– llos de las chapas y en las disputas con las golfas..... Andre Joshepa y Martín, suspensos por la cínica proposición,no acertaban á coordinar el caos de sus sentimientos discordantes. La andre comprendió que les convenía concertarse entre sí, ganar tiempo, desembarazarse de su perplejidad. -Mire usted, D. Pedro, entoavía no nos hemos habladocon la Tomasha, ni la hemos visto siquie– ra. Motivos ya tenemos pa pensar que esos cuentos son mentira; en piñ, Je hablaremos; á ella toca desi-