BCC00R49-5-16-1700000000000000410
A. CAMPIÓN 171 Yaneta, que iba á entrar, se detuvo un momento á lapuerta: -Esa es moda nueva!-gritó. -Ya nos lo dirá la otra bruja-replicó Lajumera, sindisimular su enojo. -D.ª Constancita? Calle usted, hombre! ahora mismola he encontrao en la escalera. Daré la noti– sia:se va á vivir con Guadalupechu; mañana le lle– vanlos muebles. ¡Esa sí que es buena madre! no poderacostumbrarse sin la hija! El barullo de la taberna crecía. -Escuchen ustedes la copla!-prescribió Laju– mera autoritativamente. El falsete agudo del nabarrito entonaba: Pues tu madre lo fué, Tú también lo serás, Con la.p y con la. u, Con la. t y con la a. Tomasha y Yaneta permanecieron impasibles. No habían entendido la copla. - Esos, si no son siegos, por qué cantan con la guitarra?-preguntó Tomasha. Yen sus admirables ojos de cielo, donde el sol pusosus resplandores y la noche su misterio, pin– táronse cual nunca la ingenuidad y el candor q_ue desconcertabaná Lajumera. II Pocas veces los amigos de Guzirako le vieron más alegre y dispuesto. La palidez, los síntomas de cansanciovital, de postración nerviosa, á menudo patentesen él, no daban ya sus toques de alarma. Su temple físico, á una con su actividadmental, se remozaban, incitándole á perseguir placeres y á proyectar negocios. Reanud.ó sus fastuosos almuer-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz