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152 LA BELLAEASó -Mire usted las cosas desde otro punto de vis– ta: ese baskongadismo que le es á usted tan antipá– tico, acaso arraigaría entre gentes serias, de carac– teres reconsentrados y austeros..... Mi sistema es antídoto contra biskaítarras ..... Estrechó la mano del general y se fué. - -Parese mentira-exclamó Juanito Insausti– su buen humor y bríos. Siempre á la suya. -Si saca adelante su plan de comité nos vamos á divertir, mi general. · -Hum! lo dudo, amigo Barkaiztegi. La diver– sión es la forma bulliciosa del fastidio. -Toco?-preguntó Iturria, enseñando el bastón. Le contestaron afirmativamente, dió en el suelo los tres golpes rituales y se disolvió la tertulia. ll Bajo la nívea luz eléctrica, en la atmósfera ca– liente, grata á las visitas que venían de la frialdad de la calle, Julia y Luz presentaban tacitas de té á los numerosos tertulianos. Amigos y conocidos se habían dado cita en casa de los señores de Alzaga, ·para felicitarles por el nombramiento. Así es que aumentaba el lustre de la tertulia la presencia de aquellas otras personas con quienes únicamente se mantenían relaciones superficiales, de pura etiqueta. La hermosura y elegancia de Julia y Luz servían de imán á los ojos. El suave cosquilleo de la vani– dad complacida, sentimiento íntimo y sincero, ani– mábales el rostro, descomponiendo la artificiosase– quedad del habitual empaque. Al aumentarse la na– turalidad de las maneras aumentaba en la misma me– dida el encanto personal de las dos hermanas, ex– quisitamente realzado por sus trajes. Vestían toilet– tes exactamente iguales: falda de seda gris oscuro,

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