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144 LA BELLAEASO cedió á la primera invitación, pero luego se mostró complaciente. -Los gobernadores son como los ladrones..... Murmullos y risas le cortaron la palabra. - Déjenme completar mi pensamiento; quería desir que unos ladrones salen al camino, trabucoen mano; otros, sin sentirles, le quitan á usted el reloj ó la cartera; otros le dan algún timo..... Los robos son, de fuersa ó maña..... así también los gober– nadores..... La algazara duró tan largo tiempo esta vez que lrigoyen hizo ademán de marcharse. -Orden, señoresl-recomendó Pomés-no ahu– yentemos la caza con vocerío prematuro. - Dónde quedábamos? Me distraen esas risas y exclamasiones..... Digo que unos gobernadores son forsudos y otros mañosos..... En situasión sagasti– na, no diré fecha,-contra los míos hablo, si seré imparsial, eh?-vino acá uno en la época del vera– no, y dictó en el Boletín una sircular muy rajante contra el juego, y órdenes tiránicas á la polisía ..... El agosto nos trocaba en enero aquél! Fui yo á ver– le, escoltado de tres señores de la directiva, muy entonados y respetables los tres ..... Nos resibió muy fino; era persona de mundo, de la aristocrasia ransia, el coquito de la Tertulia asul!-"Esa sircu– lar-nos dijo- he dictado yo contra las chirlatas, los cafetuchos y demás tugurios de los golfos. Con- .tra La Bella Easo, casino respetable, sentro de la buena sosiedad, donde se juega desentemente, no resa..... En confi~nsa,les digo: ¡si supieran ustedes cuánto me gusta á mí jugar! Pero este maldito car– go..... Bah! yo supongo que ustedes serán discretos; bajo sigilo confesional les ruego que. le den cuatro golpes á este bíllete!,,- Y me entregó uno de qui– nientas pesetas..... Nosotros entendimos la indirec– ta, y yo al día siguiente me fuí donde él:-"Señor go-

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