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A. CAMPIÓN 143 Estosanuncios fueron acogidos con rechifla de incredulidad. -Ta, ta, ta! El regador de D. Fernando apagará el fuego.Los gritos de ésos son gritos de rana. Artolaen esta frase despreciativa compendió el comúnsentir de los "perros sabios,,. Cesó la con– versación;durante algunos minutos únicamente so– naronlos sorbetones de café y el meneo de las cu– charillasrevolviendo el azúcar. Algunos de los ter– tulianosmiraban á Pomés, como pidiéndole el re– sumende sus aventuras y desventuras de soldado viejo,natural de Borja. Pero la atención general se desvióhacia Guzirako, que entraba entonces en el salón. -Nuestro amo! Viene de chistera, levita inglesa y guantes:qué diablos Je pasa? Irigoyen dirigió una sonrisa y un afable saludo de mano á los amigos, cuya curiosidad le daba gusto. -Le han nombrado á usted algo? -No, mi general, yo no soy de éstos..... Voy á cumplimentaral nuevo alcalde. RamónArtola, que acababa de servirse una copi– ta de cofiac, dejó la botella, y poniendo cara mali– ciosa,dijo: -Ya lo desimos en baskuense: eguzkiya norá, zapiyak ará! "Al sol que más calienta,,, de los cas– tellanos. -Hay que estar bien con las autoridades de to– do orden! De lo contrario esta máquina-y me– neandobrazos y manos indicaba la totalidad del Ca– sino-se descompone. Yo también, mi general, con menosgrasia que usted podría referir aventuras y desventuras ..... ¡He conosido cada tipo, en clase de gobernadoressobre todo! Los "perros sabios,, le instaron á que refiriese algúncaso auténtico. Guzirako, por cebarles, no ac- ¡ •
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