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14 LA 13ELLA .E.ASO creerlo, que tú eres mi querida ..... Oh ! por mi culpa no se empañará tu honra! desde hoy se acabaron los tapujos! los caminitos escondidos de ladrón fugi– tivo..... ! Te presentarás en todas partes con la frente alta. Deseo que en situación despejada puedas aguardar á que yo domine mis obstáculos de índole personal... .. Los sucesos me prescriben andar más de prisa: esto es todo. Luego del paseo iré á hablar á tus padres. Tomasha, delante de Dios que nos es– cucha te doy mi palabra de casamiento, bajo mi fe y mi honor. La voz de Luis vibraba solemne en la paz ves– pertina del cielo y los campos. - Dame la tuya- prosiguió;- este es ya el casa– miento indisoluble de nuestras almas. No apartaba sus ojos del rostro de Tomasha, al atisbo de. la felicidad cumplida que le iría á iluminar. Anhelando saborearla, adelantó la cabeza, temblo– rosa de emoción, dispuesto á sellar con el primer beso el pacto irrevocable..... La expresión de com– pleta dicha no se asomó al rostro de Tomasha; rá– fagas de palidez y rubor pintaron sus mejillas, hasta que se enseñoreó de ellas la palidez, una palidez de muerta, extendida por los labios trémulos; los res– plandores del amor se apagaron en los ojos y les substituyó una expresión de lealtad atribulada, dia– mantina, inaccesible á los disimulos del egoísmo. Luis, desesperado, instintivamente tapó con la mano la boca de Tomasha, temeroso de que aquella confesión muda se completase con palabras; habría preferido el engaño, la doblez, velos de la áurea ilu– sión tendida sobre la realidad lamentable. Se apretó luego la frente con las manos, como para encauzar el curso revuelto de sus ideas, y se levantó del ban– co tambaleándose. Antojábasele horrenda pesadilla el rostro des– compuesto de Tomasha. Si al contemplar la imagen

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