BCC00R49-5-16-1700000000000000410
58 LA BELLAEASÓ ro de aficiones. Faltábales un terreno neutral, don– de se encontrasen, como el de la música. Julia y Luis eran hermanos, pero no amigos; por esto las voces de la sangre sonaban muy sordas, como acon– tece á menudo en ese parentesco divergente. Contestó, revistiéndose de su aire más desdeñoso y altivo: -Muchacha, no le has oído decir que las señori– tas de Jayápolis, aparte ciertas monerías y pampli– nas, calidad de las telas y confección de los vesti– dos, son tan pueblo como el pueblo mismo? Que en el fondo, salvo pormenores de maintient, por los gustos y conversaciones, una señorita y una cos– turera son absolutamente iguales? que desde el punto de vista de la cultura, de las ideas y senti– mientos vivimos al nivel de nuestras peinadoras? que nuestras conversaciones están salpicadas de pronombres personales, de "yos,,. "tus,, y "ellos,,?... No me acuerdo qué consecuencia saca de esta ma– jadería..... Ah, sí! que no nos interesan las cuestio– nes generales. Hablar de lo que no nos importa, al parecer, es el colmo de la intelectualidad! Respón– deme ahora: hombre que suelta semejantes linde– zas, no recorre el camino de enredarse, en el peor sentido de la palabra, en el del matrimonio, con la primera moza del campo ó del muelle que se lean– toje reencarnación de la Eva baska? Los juicios de Julia, desfavorables á Luís, deno– taban á veces perspicacia. Luz, en vez de prestar su asentimiento á ellos, prefirió chancearse: - A ti todas esas Evas te parecen Adanes..... Con insistencia y astucia aprovechaba Luz, para ingerir sus amañadas preguntas sobre los vesperti- nos paseos domingueros y la diaria excursión á la hora del cierre de los talleres, los momentos en que Luis derrochaba mayor suma de fluido nervioso, ejecutando el segundo acto de "Tristán é Iseo,,.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz