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A. CAMPIÓN 29 Luis, desorientado, volvió la cabeza: - Por Dios, papá, las cosas que deban afligiros no dejarán de afligirme... Aludes á mi alegría; sí. es– toy muy contento, por motivos personales. Ignoro absolutamente qué relación media entre ella y vues– tra tristeza... palabra de honor! La expresión sincera de estas palabras conven– ció á D. Víctor. -Ah! no sabes lo qué ocurre?-preguntó, apeado de su tono acerbo.-M~ lo acaba de confiar el go- . bernador; dentro de poco se hará público. La es– cuadra de Cervera ha sido deshecha en aguas de Santiago: desastre mayor que el de Cavite! Hay pocos detalles aún, desconsoladores todos. El almi– rante, prisionero; Villamil, muerto; los barcos, en– callados ó apresados; se acabó nuestra marina de guerra; estamos á merced de los Estados Unidos..... El Oquendo se fué á pique; su bravo comandante Lazaga murió como los héroes; se teme hayan co– rrido idéntica suerte la tripulación, los oficiales..... Los sollozos conv1,1Isivos de Luz interrumpieron á su padre; Luis recordó que en el Oquendo iba el brillante oficial Sebastián de Elkano, novio de ella, con quien había de casarse al terminar la campaña. Luis besó cariñosamente á Luz, poco menos que llorando también. No se atrevía á consolarla. Esta– ba convencido de que los baskos, en esos trances, mueren como había muerto Lazaga, de sangre bas– ka; y Elkano, hijo de Getaria, descendiente y ho– mónimo del gran Sebastián de Elkano, no había po– dido menos de morir .....