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A. CAMPIÓN 17 tas......,, El casorio me lo reservo. Si lo desembu– chase aumentarían los remilgos y exigencias de Guadalupe! · Al día siguiente cumplió su cometido Leonardo. Mediahora después, Guadalupe, incapaz de reser– var la confidencia un minuto, como torbellino se metió en el cuarto de su amiga, á la cual halló sen– tada en una silla de poca altura que Je permitía re– costarse en la cama; sobre el regazo, una labor de ropa blanca: inmóvil, lánguida, denotando cansan– cio en todo su cuerpo, é indiferencia moral en el rostro, pálido y ojeroso. -Siempre igual!-exclamó Guadalupe en bas– kuenze, después de mirar escrutadoramente á To– masha;- la labor, de adorno; media docena de pun– tarrones ..... Chica, esto no puede seguir así! dema– siada paciencia la de tus padres!-Y remedando có– micamente la voz y el tono de Tomasha, añadió: -No me duele nada, pero como si me doliese todo; aquí me estoy mirando el vuelo de las mos– cas, triste como el campo santo..... Le voy á decir al padre que te meta el aguijón! Tomasha hizo un gesto de indiferencia y levantó al rostro de Guadalupe los ojos admirables, engran– decidos aún por la palidez y las ojeras; gesto y mi– rada que excitaron el mal humor de la amiga, siem– pre dispuesto á desbordarse ante el enigma que agotaba todas sus hipótesis. -Anda, sigue hecha un tronco! Mientras perma– neces acurrucada en esta cárcel y nosotras deci– mos "se habrá vuelto idiota, ó qué? ,,, por ahí anda alguno que sólo piensa en verte y hablarte, enamo– rado de ti; que sueña contigo y se consume por de– círtelo y averiguar si te gustaría corresponderle ..... El abatimiento de Tomasha, tan completo que se traslucía, no ya en la expresión del rostro, sino en la flaxidez difusa por todo el cuerpo, iba disipándo . 2