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16 LA BELLAEASO Guadalupe supone que la llevaron á casa de la Eoi– laz..... En fin, apenas se normalice la Tomasha, bte avisaré. Los dos amigos se separon. Luis se fué inquieto: le preocupaba la crisis inexplicable y repentina de . Tomasha. Estaría enamorada de otro? Comenzaba á cumplirse la sentencia que él había aprendido de Wagner y Schopenhauer : ¡Amar es sufrir! II El aviso de Leonardo no llegaba, y Luis, impa– ciente, cada dos ó tres días daba su vueltecita por el escritorio, aprovechando la media hora en que D. Ignacio Balda salía á estirar las piernas antes de comer, y quedaba dueño del campo su hijo. - Oye, Luis, se me ocurre una idea: para prepa– rar el terreno y puesto que tus intenciones son tan rectas que nadie ha de hacer triste figura patroci– nándolas, ni recibir por ello feo mote, voy á con– tarle tu caso de pe á pa á Guadalupe, y que luego· ella se lo comunique á la otra. Desde ahora renun– cio á mi participación en la casa "j. Balda é hijo, agencia hispano-inglesa de comercio marítimo .y te– rrestre,,, fundada en Pas ages el año 1804, si á la be– lla Easo, sabedora de que un mozo de tus ·prendas, guapo, rico, desinteresado, ha perdido el cabal juicio por ella, no le produce la noticia el efecto de un es- . pecífico y se cura en media docena de días. Luis asintió, con una restricción.-" Lo de que soy capaz de casarme, quede entre nosotros ..... Me casaré, si responde al tipo que yo busco..... Si me produce un desengaño, me retiraré honradamente ...,, Leonardo se echó á reir. -Eso basta á la tranquilidad de mi conciencia..... Usaré de un término ambiguo: "relaciones corree-
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