BCC00R49-5-16-1700000000000000410

27,¡. LA BELLA EASO - Descuide, Tomás-replicó Raimundo, irónica– mente;-el noticieo le corresponde.: ... Dejando al cachalote con la palabra en la boca, Raimundo se lanzó escalera abajo, impaciente, a1¡– helante, temeroso eleque algún encu_e~tro le des: compusiera el juego. En los pasillos de las butacas tropezó con varios corrillos; oyó la Pl'!labra "Cavi– te,,, vió las caras consternadas, y en la puerta del Teatro otros grupos repetían el vocablo fatídico y manifestaban idéntica consternación. Llovía torrencialmente; los relámpagos culebrea– ban en el cielo negro; los arroyuelos callejeros arrastraban. hacia las alcantarillas papeles, hojas, ramas, trozos de percalina, banderolas, las ilusiones de España..... Raimundo se levantó el cuello de la americana y en media docena de saltos se trasladó á la calle de la Mota. Al poner el pie en el primer escalón del número 15, se rió sarcásticamente: -Ahora, al Cavite de la bella Easo! Yo, Dewey; ella, Montojo! FIN DEL TOMO PRIMERO

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz