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256 LA BELLAEASO la audiencia de los informes que junto á él se da– ban y pedían acerca de la heroína del triunfo, de– clarado legítimo por las mismas mujeres; los infor– mes eran leña en las llamas:- "es una costurerilla -decían unos; - "no.,-replicaban otros - "un; arriera de los montes de Iturriotz , que vende su carbón en Easo,,;- "no,.- contestaban los demás -"una chica de caserío que aun no hace tres se– manas iba á la Brecha con su cesto de verduras,,. Y á las noticias seguían los comentarios burlones sobre los pensamientos que á la rústica sugeriría su apoteosis efímera, sobre la cuesta arriba que habría de subir para reanudar sus ocupaciones habituales, fatigosas y prosaicas, y sobre los efectos de '' recla– mo,, tan estupendo de la bella mercancía en orden á su buena colocación matrimonial, y los grados de virtud y malicia que se requerían para salir ilesa de entre los socios de Alaitasuna. Los comentarios fueron momentáneamente inte– rrumpidos por el vocerío en la calle contra un hom– bre que, separándose del grupo de lavanderas de Loyola, plantado enfrente, quiso romper las filas y llegar al espacio libre que recorrían las carrozas.– "Qué le sucede á ese casero?- preguntó Luz;-se ha vuelto loco? Vaya unos empujones que da!.,– "Habrá bruto como ese!-exclamó Concha ,- se abre camino sin consideración á nadie!,,-- "Ya es– tán ahí los guindillas, ya me lo agarran y se lo lle– van..... Que se pase la curda!,,-d ijo Chicote. Y los comentarios sobre la bella Easo, cada vez más ma– lignos, se reanudaron. Luis con todos ellos pintaba la imagen de la hija del pueblo, hermosa, cándida, honrada,-personificación de Euzkadi,-prisionera en las mallas de la frivolidad y del exotismo anti– euzkérico, como mariposa de oro en polvorienta tela de araña. Y así corno era preciso redimir á la Patria destruyendo los diques que detenían la co-