BCC00R49-5-16-1700000000000000410

252 LA BELLAEASO - Trajes y armas están maravi llosamente repro- ducidos - dijo Menéndez Velilla. Luis no pudo reprir¡1ir una obs~rvación malévola: -Me parece que estoy en la Op era. El vocerío, hasta entonces manifestación de mil diversos afectos personales, se condensó en · una aclamación unánime, incesant e, incansab le: "¡Viva Espafia!,. . Los balcones se cubrieron de blancos pa– ñuelos, ondulantes en las manos de las señoras; los acordes metálicos de la banda militar sucumbían bajo el mugiente clamoreo, sobrenadando algún di– sefio lento de las saxo-trombas ; ó el chasquido de los platillos. Sob re la enorme carroza de la guarni– ción ondeaba la bandera española en la torre de una fortaleza que se rvía de fondo al grupo de las victorias patrias; no obstante la frialdad y obscuri– dad achacables á la figuración alegórica, el conjunto era de intenso efecto por el número de figur?S, la diversidad de tipos, la riqu eza pintoresca de atribu– tos y la sugestión de tantos gloriosos nombres. Las muchachas felicitaban á los militares. Dió Caralampia tantos meneos á su cabeza, que el tiro– lés se le ladeó sobre la oreja izquierda .-" Por Dios, hija-·· ·exclamó Luz ende rezándoselo,-pareces uno de la tuna! ,, Chicote, en vilo por los elogios, sin dar– se cuenta de que casi rozaba las cabezas y ponía en peligro los peinados, batía palmas, extendía los bra– zos fuera del balcón. "Dígase lo que se quiera, sin ofensa á nadie, nuestra carroza es lo único serio, lo único adecuado de la fiesfa. ¡Bravo, bravo!,. Las muchachas y los militares se reían del entu– siasmo.-"Capitán, no se vaya usted abajo,,-le ad– virtió Luis, participando de la hilaridad general. Pero la carroza siguient e substituyó en el público los afectos bélicos y patrióticos por los de un espec – táculo teatral, diestra, rica y elegantemente concer– tado. El Aquariwn del "Club Oceánico" deslum-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz