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PRÓLOGÓ xxvtt As{.comose ha transigido con la prostitución, re– glamentándola y vigilándola,así también, dejando á un lado con','.encionalismos un tanto hipócritas, pro– cede tolerar el juego sometiéndolo á reglas precisas y haciéndole base de una fuerte tributación. En Suecia, Noruega y Dinamarca el alcoholismo ha decaídoconsiderablemente,durante estos últimos años, merced á las disposiciones indirectas que con– tra él han tomado los gobiernos celosos, previsores y prácticos de aquellas naciones. No se les ha ocu– rrido decretar la supresión radical del vicio. Otro tanto debe hacerse con el juego. La primera medida del Estado tiene que ser la supresión de la lotería; después vendrá la vigilanciadel juego, la fijación de tributos y demás disposicionesconducentes á irlo combatiendo poco á poco. Quizás estas ideas escandalicen á algunos. Nada me importa, porque tengo la convicciónde estar en lo práctico y en lo cierto. Hago punto final en los comentarios y reflexio– nes sugeridas por la lectura de la obra de Campión, porque si dejase correr sin freno la pluma escribi– ría un libro voluminoso. Creo haber demostrado que La Bella Easo, á sus cuadros, escenas y tipos admirablemente pre– sentados, á su interesante acción, á su hermoso y sencillo estilo, une en alto grado la cualidad precia– da de enseñar, por lo mismo que hace reflexionar y pensar, que induce á tratar problemas trascen– dentales de Jayápolis, necesitados de prontas y ati– nadas resoluciones, si la decadencia iniciada en nuestra hermosa y culta ciudad ha de contenerse en bien de todos. Campión, en resumen, ha prestado un servicio al