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230 LA BELLAEASO bía criado, no era chico, ciertamente. Impacientán– dose, se le corrió la lengua, habló de "botas de sie– te leguas de longitud y cuatro de latitud,,, y Toma– sha, creyéndose objeto de burla, se enfadó de ve– ras. Guadalupe, halagada por la revancha de con– vertir en satélite á quien fué levantada á la catego– ría de astro principal, alimentaba el disgusto sola– padamente. Durante una semana en el saloncito chino de Alaitasuna y aun en otros círculos no desapareció de la orden del día "el conflicto de la bota y la sandalia,,, poco menos grave que el ame– ricano. De haber Bolsa en Jayápolis, se habrían re– sentido los valores. Tomasha acabó por declarar que "se pasaba,, á la comparsa del aquarium, pre– firiendo, si lo exigía la propiedad del vestido, exhi– birse descalza bajo las aguas, á estropear el traje de la "bella Easo,, con las sandalias que los señoritos, poco amables, exigían. El desenfado de Guadalupe, portadora del ultimatum de Tomasha, causó estra– gos en la resistencia, y el arqu itecto, á regañadien– tes, firmó la capitulación.-"Estamos en tiempo de guerra-decía-y hemos de ver otras más sonadas.,, Aquella noche, removidos todos los obstáculos, D." Constancita y andre joshepa hablaban de la fu– tura fiesta, reput ada unánimemente por uno de los más gallardos y lujosos arranques de J ayápolis.– "Ahora sí que casará usted bien á la Tomasha,,– dijo D. 3 Constancita, no sin esperanza secreta de que corriese idéntica buena suerte su Guadalupe, la "Reina de las perlas,,. V El traque de los cohetes y la diana de la banda popular "La alegre Izurun,, despertaron al vecinda-
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