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A. CAMPIÓN 223 sentimientode recelo, angustia y temor, imponente comolas cosas mudas é invisibles, serpeaba bajo el entusiasmopúblico. La suscrición nacional, compa– rada á los gastos de la guerra, era una gota de agua en el océano; subían los cambios, el billete se de– preciaba ..... El asunto de los billetes lo tomaron de su cuenta los "perros sabios,,. Saralegi, Artola, in– dividuos prestigiosos de la Cámara áe Comercio , hicieronque se reunieran los comerciantes de la ·plazaen el Teatro, y acordaron recibir, sin descuen– to ni dificultades, el papel. En seguida, en manifes– taciónpública, se trasladaron al Gobierno civil, á entregar sus conclusiones. El gobernador, enorme, cubriendoel hueco del balcón, arengó al pueblo; Artola,con la congestión de todas las victorias de la historia de España en el cerebro, pidió y obtu– vo que se izase 'la bandera nacional. Por la tarde Pomés reapareció en la tertulia y felicitó á los ter– tulianos:''Hechos de esta naturaleza se necesitan; espero que en otras partes les imitarán á ustedes; la bancarrota es el mejor auxiliar del enemigo. ¡Co– chinos tiempos los nuestros! el campo de batalla más interesante es la Bolsa.,, Pantaleón lturria, por llevarsu "granito de arena,., compuso en tres ó cuatro horas un himno guer rero que al día siguien– te ejecutó en el piano del salón azul. Gustó mucho; le felicitaron los socios: "lo orquestaré-dijo,-y para la manifestación de Guzirako!,, La animadversión contra los "bizkaitarras,. cun– día. La negativa del Centro Euzkeldun, en el asun– to de la cuestación patriótica, la publicaron los pe– riódicos salpimentada de comentarios despreciati– vos y mortificantes; la campaña "insidiosa,, del Gau-Chori servía de combustible á la hoguera. Tres ó cuatro frases pálidas, más bien equívocas, acerca de la agresión yanqui; dos artículos pedantescos sobre las razas puras é impuras, cuajados de vene-