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220 LA BELLAEASO bajado res de Juan Bautista? A pocos viejos se les habrá ocurrido esa combina. La risa de Ostolaza se hizo más sonora· la de Guzirako, más sorda. ' - Es usted muy traviesa, caramba! Notó usted cuánta atención puso la bella · Easo-llamarémosla así-en las botas doradas de mi figurín? Por esa Guadalupe sabe D. juan Bautista que á Tomasha Je ha sorbido los sesos un par de esa clase que .ha visto en el escaparate de Ituaga.. ... Es un verdade– ro anacron ismo de indumentaria, pero sirve de cebo. El traje requiere sandalias, y sandalias calza– rá nuestra Easo ..... -Otras dificultades preveo yo; los padres de la bella son caseros; dudo se avengan á una exhibi– sión de la hija, tan opuesta á las preocupa-siones de ellos ! Guzirako cortó la palabra á Ostolaza, que iba á replicar. - Badajo! yo también las temo. Cuento contigo, en primer término; si te vienen á preguntarlo, ad– vertirás que te interesa mucho el éxito de la mas– carada patriótica; que eres muy españo la; que todas las chicas del taller arriman el hombro, esetera. El padre de Tomasha sigue todavía en el campo, por rasón de unas cosechas; es el más temible. La ma– dre es más novelera, más fantasiosa; tengo inteli– gensias en la plasa; la mamá de esa Guadalupe, sa– be? la Constansita, eh? La Egilaz y Guzirako se miraron . En aquel cru– ce de miradas flotaba un mundo de recuerdos, mil imágenes juveniles, embellecidas por su mismo a.le– jamiento.

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