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A. CA,MPIÓN 209 prichosasarborizaciones en los bordes de las an– chas solapas de forma triangular y en la triple cos– tura de la espalda; cuando se levantó el enorme cuelloMédicis, y sobre su fondo negro resplande– cieronel oro del pelo y la nieve del rostro, Toma– sha pensó volverse loca, y gracias ? la timidez que le comunicaba el amor propio, ni brincó ni palmo– teó ni se echó á reir ni lanzó un grito, pero se sonriócon toda su alma, admirándose y al traje que vestía. La Dolores, traduciendo su sentimiento per– sonal, el de Guadalupe, y el de dos ó tres oficialas, dijo:."Chica, ó tienes muy poca suerte, ó te casas con un duque ,,; y Tomasha no estimó exagerada la frase. A la media hora lució, de nuevo, la toilette de– lailtede andre Joshepa y D.n Constancita, á quien llamaron. El entusiasmo de la madre se desbordó; no se cansaba de repetir la frase de la gran costure– ra: "te casarás con un duque,,. Guadalupe, en me– diodel entusiasmo general, fué explicando los pri– mores de la confección, sobre todo, los sobresa– lientesde la chaquetilla, digna de que la vistiese la reina Cristina. Pachika, aldas en cinta, un trapo de cocinaentre las manos, húmedas de fregar los pla– tos, seguía atentamente la explicación, incompren– sible á trechos, y sin apartar su mirada complacida del rostro de Tomasha. De cuando en cuando se sorbía los mocos. El día que estrenó el traje fué el que más veces sacaron á relucir las amigas el epíteto de "casero– ta,,. Al retirarse del bule, en la esquina, tropezó conel marqués de Castro-Elvira: á ella se le encen– dió el rostro ; al marqués le llamó la atención el accesode rubor y la hermosura de la ruborizada; no caía en cuenta de quién fuese. Lo recordó al fin, y aproximándose á Tomasha le dijo con tono de sorpresa, agrado y ligera ironía: "Caramba! us- 16

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