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200 LA BELLAEASO á un buey volando.- " Maitia,- contestó el casa– dor, entusiasmado por la candorosa pregunta- tie– nes padres?,, - "Padre solo; allá, á la derecha, está leñando un árbol.,, Se fué el casador adonde el hombre y le pidió la mano de la hija. Al prinsipio se creyó que andaba de burlas; mas cuando se con– vensió, los pellejos se le reventaban de gusto al le– ñador. Marchóse el novio, y les dejó una buena bolsa de dinero para que le comprasen medias, sa– patos, sayas, camisas, etc., á la novia; él que vol– vería, les dijo, en arreglando los papeles. Llegó el día de la boda, y mientras iban á la iglesia, la novia preguntaba al novio: "qué cosa es casar?,, y duran– te la comida lo mismo, y durante la merienda lo . mismo, y el novio le replicaba siempre: "después de la sena te lo explicaré,,. Cuando estaban senan– do repitió la pregunta ella, y él, deseoso de dar la respuesta, despachó á la gente y se acostaron. "No es más que esto?,,, exclamó la chica; "todos los do– mingos me casaba yo con el sacristán de la pa- rroquia,,. . El grupo se disolvió riéndose estrepitosamente. Estaban al caer las.ocho, hora de la cena. Guzirako recibió tres ó cuatro palmaditas en Inespalda, acom– pañadas de la frase: "qué famoso! qué famoso!,, En el momento de pasar bajo el dintel de la puer– ta experimentó un ligerísimo vahído que le obligó á apoyarse en la jamba izquierda de aquélla. "No es nada-dijo á los que se le acercaron;-de tarde en tarde la cabesa flaquea un poquillo; pasa en se– guida.,, -Hum!-murmuró Lasarte-"le vieux mar– cheur! ,, . ·- ... . ,.