BCC00R49-5-16-1700000000000000410
194 LA BELLAEASO eres Tomás Elosegi; pero aquél es tan flaco, y tú ¡tan gordo!-contestó Guzirako , haciendo reir á los amigos. - Qué narices tiene el bueno de Tomás! cómo toma los vientos! apenas comienza á hablarse de ellas, ya le tenemos encima, agobiándonos con su tonelada de mantecas, grasas y otras sustancias hi– drogenadas - comentó Paco Zabal a, el boticario. -Pues qué, no soy hombre de progreso? Ellas me gustan cada día y más: quién de ustedes me vende treinta años menos? -Ah si jeunesse savait!-ah si vieillesse pou– vait!-tarareó Lasarte , ajustándose el monóculo. -Quién es ella, esa que le cuelga á usté público tan selecto de la boca? - Ahora lo sabrá, si me deja reanuda r ..... - Soy todo oidos- exclamó el cachalote. -Quítese usted esa careta-dijo el boticario;- le va á producir una congestión. - Puesto que la siensia manda, la ignoransia hase lo contrario. Quitar la careta? Como si no sa– bría uno las conversasiones que ustedes gastan. Me han de avergonsar; no quiero que se rían ustedes de mis colores. Lo que si haré es sentarme. Al sentarse junto á Guzirako, crujió y rechinó el diván. Ostolaza, fingiendo alarma, gritó: -El apeo, el apeo, sin perder minuto! -Efi caz proyectil; debía usted ofrecerse al Go- bierno para la escuadra de Cervera - dijo Lasarte. Ycuando vió que los amigos se reían , dirigió una mirada complacida á la gardenia de su ojal. El semicírculo se rehizo, pero la seriedad se per– .turbó dos ó tres veces, de nuevo, por la risa que causaba la figura del cachalote, enmascarado con la careta japonesa. -Pues señor-comenzó Raimundo,-iba á de– cir antes, y lo digo ahora, que ella, la futura bella
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz