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192 LA BELLAEASO principales de nuestro pueblo: el comercio terres– tre, el marítimo, la industria y el placer, que for– man el coro de la bella Easo. Me ocurrió una quin– ta figura, el patriotismo, que brui'ie la rica arrnaaura n:ilanesa Y. prese,~ta la e~pada_ á la figura principal, dispuesta a ernpunarla , sm de¡ar de sacudir con la otra mano el haz de rayos eléctricos que personifi– can al Progreso! -Magnífico! nadie le echa la pata á nuestro Rai– mundo!- exclamaban los admiradores. - Para que esta carroza cause todo el efectoape– tecido-dijo Eduardo Askobereta-prec isa enco– mendar la personificación de E..so á una mujer her– mosa, á una hembra de buten, que dé !a hora y los cµartos y los minutos..... Eduardo era un pollo muy elegante que apenas accionaba, temeroso de hacerse pliegues en la ropn ó trastornarse el lazo enorme de la multicolor corbata. - La tenemos, la tenemos!-g ritó Guzirako;-es decir-ai'ladió rectificándose á sí propio- creemos tenerla ..... -La ha descubierto D. Juan Bautista-explicó Raimundo. Esta indicación produjo algazara. -C laro! no podía menos de ser así. --Buen cazador! -C'est un 11ieux ma.rcheur-clijo Florencio La- sane que todo lo pensaba, sentía y exp resaba en francés. Guzirako se quitó el sombrero guasonamcnte, saludando. - Señores, me agobian con testimonios ele acl– rnirasión y simpatías tantas..... Oiga, Rainiundo, pues ha visto á nuestra bella Easo, dcscríbala, pa que estos ecselentes afisionaos se espatnrrE:ii. -E s peligroso levantar la liebre delante de tanto lebrel.

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