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A. CAMPIÓN 191 nición se adhiere á la fiesta patriótica y ofrece una carrozahistórica militar, '' Las victorias de España.,, Esta noticia y la lectura de la lista produjeron entusiasmo.A modo de resumen dijo Guzirako: - Suenan las dos teclas necesarias; la patriótica y la alegre. Y nosotros, los inisiadores, cómo que– daremos? La pregunta, más particularmente se la hizo á Ostolaza. - Hombre-replicó - espero que en primera lí– nea. La idea de la carroza militar es muy bella, pe– ro demasiadocompleja; Ortega, el capitán de inge– nieros, á quien sin duda se la encargarán, es mu– chachode gusto, pero los asuntos militares tienen sus tópicos imprescindibles; habrá banderas, bom– bas y tambores en demasía. Los del Club océanico son más tenübles; los grandísimos zorros de ellos, ocultan el asunto: "una carroza artistica- dicen– digna,en cuanto quepa, del objeto,,. Nos ganan á dinero; ¡la timba produce mucho!; nosotros, á ele– mentosartísticos. En fin, vean ustedes lo que se me ha ocurrido . Ostolaza se levantó, abrió un cajón de la mesa, sacó una carpeta, y de ésta; una acuarela. En e! centro del grupo, cada vez más entusiasmados, sin cesar de meter los dedos de la mano izquierda en– tre la carne y el cuello de la can1isaque le apreta– ba, explicó el simbolismo del proyecto: la bella . Easo, humilde pueblo de pescadores, se eleva á ciu– dad modernn, cultísima entre las más cultas de Eu– ropa: ¡eleIzurun, á Jayápolis! - Bravo, bravo!- gritaban todos batiendo palmas. - Me costó mucho ingerir alguna idea patriótica, exigidapor las circunstancias! Los colores naciona– les, los atributos guerreros, etc., son antiestéticos. Creo que salvé el escollo; al principio, únicamente imaginé cuatro figuras secundarias, los aspectos