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A. CAMPIÓN 169 y se sobrepone á la razón. ·Yo me propongo llenar– les á ustedes la taberna de parroquianos. -Usted, usted!-exclamó asombradísima andre Joshepa. - Lo que oye, patrona. Usté no sabe quién soy yo.Acaba de morirse el tabernero que nos servía, sindejar sucesor de nuestro gusto. Mañana mismo recomendaréá los compañeros esta taberna. Gente pobre, gente jornalera, pero honrada . .Setenta ú ochtnta hombres que á diario consumen en un es- . tablecimiento,dejan muchos pocos de ganancia. Además,la gente gente trae. Los solteros, que son bastantes,comerán aquí; de los d.emás pescará usté el traguillo,la merienda, la cenita de los domingos; por fas ó por nefas el jornal del obrero se queda en la taberna. La gente trae gente,· repito; á nadie le gusta meterse en despoblado á pasar el rato. Lo dichodicho, patrona; desde el miércoles adelante tendrá usté parroquianos así, asf..... Lajumera movía los dedos contra los pulgares ante los ojos atónitos y risueños de andre J oshepa. -No sé, no sé cómo pagar á usted; siempre ta– berna vasía viendo, me daba ganas de tirarle al mar los trastes. Cómo pagar á usted, cómo? Lajumera temió que el carácter receloso del al– deano reapareciese al atenuarse la primera alegría, y resolviósugerir una explicación plausible de su . oficiosidad. Fingió encogimiento que le hacía titu– bear. AJcabo, como sobreponiéndose, dijo: - Mujer, no pase penas por ello..... Yo comeré aquí;mí casa está lejos del taller..... Alguria sema– na podrá ser que me retrase en el pago..... no alar– marse!tardano, pero seguro..... antes me dejo des– cuartizar que deberle un ochavo á nadie..... Pero, sabeusté, la mujer que vive conmigo está muy en– ferma;los médicos y la botica me exprimen hasta losmismos lagrimales...mas no haya miedo queyo ...