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A. CAMPIÓN Í67 blanfrancamente; pero el desengaño la vuelve sin– cera á ésta.,, Después de un instantáneo silencio prosiouióhablando en alta voz: · -Fa llaron los cálculos, eh? Porque ustedes se las prometían muy felices ..... Poca par roquia toda– vía eh? Ya vendrá, ya vendrá . .'.-No pienso; miedosa ando. Ya vusté, los mis– mosdel barrio me disían: "cuando pongas taberna, á la tuya idemos,,. Nuno siquiera se arrima; envi– diapienso que tienen aquellos, ó..... La amargura interna se transparentaba en el ros– tro. El retraimiento de los antiguos vecinos era una zarpade gato que escarabajeaba las entrañas á J o– shepa. Lajumera aprobó con la cabeza, y durante unos minutosde silencio se enfrascó en arrebaña r con trocitosde pan los restos de yema y aceite que tiz– nabanel plato. Bebió medio vaso de vino antes de emprenderla con el trozo de longaniza, y, llena la bocade comida, reanudó la conversación: -Amigo, inconvenientes de ser rico! A los ricos Sl:! les envidia, no á los pobres! -Sí, erricos-replicó a'ndre j oshepa, protes– tando. -Vaya, vaya, señora mía, que no vendieron us– tedes á precio de agua el caserío! Yo, dentro del pe– llejode ustedes me hubiese dado vida de burgués, sin meterme á tabernero; porque esa, mientras ·lle– ga la hora de la degollina, es la mejor de todas las vidas,incluso la eterna. Por qué demonios trabajan ustedes? - Hombre , por sacar vida, por ayuda de fami– lias, por ..... Que somos marqueses , ó así, piensa? Errentas, pronto van; habitasión, Ius, trajes, llena tripas y así, mucho cuestan. Hay que casar hijas, algo dando, en estos tiempos; y si damos, qué se quedará pa nosotros,. viejos cuando hasemos? Es